Proceso de aplicación de pintura en polvo

Proceso de aplicación de pintura en polvo

La pintura en polvo es una técnica en la que se aplica pintura en forma de polvo sobre una superficie mediante un equipo de aplicación. Este transmite una carga eléctrica a la pintura en polvo para que se adhiera en las piezas. En este post nos vamos a centrar en el proceso de aplicación de pintura en polvo.

Pintura en polvo: cómo se aplica

La pintura electrostática o pintura en polvo es una de las técnicas más aplicadas dentro del sector industrial.

Su aplicación consiste en un proceso de pulverización electrostática mediante pistola eléctrica, que además necesita aire comprimido para aplicar la pintura.

Una pistola que efectúa una carga electrostática a las partículas de polvo, y que posibilita que sean atraídas hacia la superficie.

Pasos previos

El primer paso en el proceso de aplicación de pintura en polvo es desengrasar y tratar las piezas sobre las que se va a aplicar esta pintura.

Las piezas tienen que ser conductoras de electricidad y estar conectadas a tierra. Tras ser tratadas, se introducen en la cabina de pulverización.

Por su parte, las cabinas de pulverización cuentan con un sistema separador para reducir las pérdidas de partículas de polvo. Así, el excedente de pintura se puede reutilizar.

Del mismo modo, es necesario que cuenten con un depósito de aire que que realice la función de compresor. Se debe disponer de una instalación de tratamiento del aire, porque el aire tiene que estar tanto limpio como seco.

Aplicación de pintura en polvo

Ya en la cabina, se efectúa el proceso de pintar cada superficie mediante el empleo de la pintura en polvo y de un equipo de aplicación que transmite una carga eléctrica para que se adhiera en las piezas. 

La pieza, al estar conectada a tierra, representa una carga negativa, mientras que el equipo de aplicación de pintura representa, por su parte, una carga positiva.

Se crea, por tanto, algo similar a un imán que logra atraer la pintura a la pieza.

Curado u horneado

El proceso de horneado es el último paso, y se lleva a cabo en un horno a una temperatura de entre 180 y 250ºC.

El horneado o curado tiene el nombre técnico de polimerizado, el proceso por el cual la pintura se funde y adhiere a la superficie. Para lograrlo es necesario someterla a altas temperaturas y distribuirla de un modo uniforme.

Los hornos de curado permiten que las partículas se solidifiquen y se obtenga un acabado sólido, resistente y por mucho más tiempo que el que logra la pintura líquida.

Pintura en polvo

La pintura electrostática, o pintura en polvo, suele emplearse para superficies metálicas como son las estructuras de aluminio, piezas y chasis para automóviles, o electrodomésticos.

Se trata de una pintura sin líquidos, por lo que se pueden aplicar capas de distinto grosor de acuerdo con el material o acabado deseado.

Es un método mucho más empleado que el de la pintura líquida, ya que no se emplea liquido solvente, y de esta forma se evaporan pocos o ningún compuesto orgánico volátil (VOC)

Finalmente, la pintura electrostática permite integrar distintos colores antes del curado final, para así obtener efectos personalizados.