Proceso de cataforesis
La cataforesis, o electrodeposición catódica, es un mecanismo de pintado por inmersión que se lleva a cabo de forma automatizada.
Se basa en el desplazamiento de partículas cargadas dentro de un campo eléctrico hacia el polo de signo opuesto. El proceso de cataforesis se ha convertido en habitual en el pintado de vehículos, aunque su uso se hace también extensivo a una amplia gama de otros productos, tanto para imprimación como para acabado.
Cataforesis: proceso
En post anteriores hemos visto qué es la cataforesis y cuáles son las principales diferencias entre cataforesis y anaforesis. En este artículo vamos a detallar de manera pormenorizada cómo es el proceso de cataforesis.
Se trata de un proceso que se emplea en piezas metálicas para garantizar que las mismas obtengan un acabado perfecto.
El proceso de cataforesis, debido a la presencia de campos eléctricos, obliga a que el mecanismo de pintado se lleve a cabo exclusivamente con elementos metálicos.
En cualquier caso, antes de este proceso, las piezas tiene que pasar por un complejo tratamiento (o como se le conoce, pre-tratamiento) de desengrase y fosfatado para garantizar el óptimo anclaje de la pintura sobre el metal.
Baño de cataforesis
Tras el pre-tratamiento de desengrase y fosfatado comienza el baño de cataforesis, que se desarrolla en una cuba, en la cual se introduce agua desmineralizada o desionizada, ligante catiónico y pasta pigmentada, compuesta por resinas y pintura en polvo pigmentos.
La resina es un componente muy importante dentro de la capa final, ya que se encarga de asegurar la mejor resistencia a la corrosión y, con ello, una alta durabilidad. Por otra parte, gracias a los pigmentos se obtiene un óptimo brillo en el material.
A lo largo del proceso de cataforesis se puede jugar con la capa de pintura a aplicar a través del ajuste del voltaje.
Lavados
Una vez finalizado el baño de cataforesis tienen lugar una serie de lavados, tras los que las piezas se enjuagan para acabar con los sólidos de pintura que se hayan podido arrastrar.
Del mismo modo, el exceso de la pintura se traslada de nuevo a la cuba, lo que permite incrementar la eficiencia de aplicación.
En el proceso de electroforesis la pintura no se deposita por adherencia, sino que resulta electrodepositada, si bien además de esta capa de pintura, otra aparte queda depositada, esta vez sí por adherencia, sobre la primera capa.
Esta segunda capa ha de ser eliminarla mediante un lavado que se desarrolla por ultrafiltrado. Para ello se realiza a contracorriente en un tanque de pintura que tiene que estar continuamente agitado y atemperado con el fin de que la pintura no decante.
Finalmente, la pieza se introduce en un horno a más de 180 °C, a lo largo de más de 20 minutos, con el objetivo de que la pintura polimerice.
En resumen, gracias al proceso de cataforesis se imprime una película de pintura uniforme a las piezas metálicas que garantiza un pintado correcto, incluso en zonas interiores y en cuerpos huecos.
Además, deriva en una elevada protección anticorrosiva y resistencia a deformaciones mecánicas como puedan ser, entre otras, el gravillonado, embutición, doblado o impacto.
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